Policiaca

Amigos, familiares y admiradores de su música confirmaron el descenso de Gabriel Soto Gastélum conocido como “El Tesoro de Sinaloa”, quien fue atacado a balazos el sábado 22 de enero de 2022 en Tijuana, estuvo hospitalizado en la ciudad fronteriza un par de días y después fue trasladado a un centro neurológico en Guadalajara, donde finalmente perdió la vida.

En la década de los 90's, fue popular en la región por interpretar el tema "El Puente Roto", también fue protagonista del corrido "El Tesoro" donde narraba su propia historia de vida y sus paseos en su camioneta Ford 79 por la colonia Sánchez Taboada, mismo que cantaba él y Alberto Cervantes de Explosión Norteña, este último asesinado en Rosarito en el 2016.

Tres ocasiones antes, el nacido en el pueblo de Villa Juárez, Sinaloa, estuvo a punto de perder la vida también por ataques armados, lo cual quedó inmortalizado en el corrido 118 balazos, y fue interpretado por el cantante asesinado en Tamaulipas en 2006, Valentín Elizalde; Las Pulgas y los ya desaparecidos Mariscos Goodoy en Tijuana eran los escenarios más recurrentes donde trabaja Gabriel Soto de 55 años de edad.

La tarde del 22 de enero del 2022, "El Tesoro" llegó a Yonke el Socio, ubicado sobre bulevar Díaz Ordaz en la colonia Las Huertas II, estacionó de frente su camioneta Ford 79, y según el parte policial entró al establecimiento para solicitar un servicio, cuando se encontraba en la entrada del lugar un sujeto vistiendo una chamarra roja le disparó en dos ocasiones, y después abandonó el lugar sin ser detenido.

“Los corridos de Chalino me los sabía Santo y seña”, mencionaba en una de sus canciones “El Tesoro”, a su vez explicando que su carrera musical fue inspirada en el también cantante asesinado de origen sinaloense, Chalino Sánchez, quien es denominado “El Rey del Corrido”, por ser del gusto del público y principalmente de grandes capos de la mafia de los 80’s-90’s.

La Fiscalía General del Estado se encuentra a cargo del caso de Soto Gastélum, donde no se ha definido a raíz de qué fue un cuarto y último atentado contra su vida, y donde la letra de su corrido cobra vida: “adiós ciudad de Tijuanaya no me miraran pasar en mi Ford 79 pasear por el bulevar, la Sánchez Taboada, la Revu y el Cucapah”.